Ambiente de Aprendizaje

Discapacidad Auditiva

L La sordera principalmente afecta la capacidad para recibir y procesar información auditiva y con ello, la habilidad para comunicarse, sin embargo no hay que olvidar que las personas tienen múltiples recursos para expresarse y establecer contacto con quienes le rodean: la mirada, la sonrisa, las expresiones faciales y corporales, los gestos y la mímica que integran un abundante sistema de indicadores, signos y señales construidos en la interacción con otras personas. No obstante lo anterior, para quienes hablan el lenguaje de señas  y el lenguaje escrito, los recursos más elaborados y útiles para la socialización, la comunicación y para adquirir conocimientos, son justamente el lenguaje verbal o el de señas.

Una verdadera comunicación va mucho más allá del intercambio de palabras.

La comunicación es el proceso y la meta, es el medio y el objetivo. Los niños y niñas con sordera que carecen de un lenguaje compartido que les permita interactuar con las demás personas experimentan grandes dificultades para comunicar lo que desean, lo que sienten, sus dudas y necesidades, sus pensamientos, sus emociones y actitudes, entre muchas otras cosas.

Factores a considerar en el desarrollo de las clases:

  • Utilizar recursos y materiales preferentemente visuales, que faciliten la identificación de detalles, tales como fotografías, imágenes, posters, videos.
  • Priorizar los aprendizajes surgidos a partir del contacto con la realidad: observaciones, experimentos, salidas y visitas a lugares.
  • Permitir que la niña o niño con debilidad auditiva experimente, toque y manipule los objetos varias veces, y de diferentes formas para que construya significados personales de cada objeto.
  • Al terminar un tema, reforzar los conocimientos más importantes escribiendo en el pizarrón las palabras claves o realizando carteles como parte del resumen, por ejemplo.
  • Es conveniente tener esquematizadas y resumidas en tarjetas o carteles que estén siempre a la vista, las normas y reglas de juegos, actividades escolares y sociales, para que ellos lo puedan leer y consultar con facilidad. Conviene que incluyan información visual complementaria mediante imágenes, y pueden explicarse por el profesor en forma individual.
  • Realizar agrupamientos flexibles de acuerdo a las actividades y niveles de los alumnos(as), propiciando la diversificación y el trabajo cooperativo.
  • Hacer las modificaciones de la forma más natural posible, para que el alumno con sordera no se sienta señalado o separado.
  • Distribuir flexiblemente el mobiliario según la actividad a realizar, pero procurando que en las situaciones de interacción grupal todos los alumnos puedan verse entre sí (mesas separadas para actividades individuales; mesas agrupadas para actividades en equipo; mesas colocadas en forma de U para debates y asambleas.
  • Hablar al alumno(a) con sordera lo más cerca posible, colocándose a su misma altura y poniéndose enfrente.
  • Evitar reflejos en la pizarra, que dificulten la visión y lectura.
  • Para facilitar la lectura labio-facial es importante:
    • Colocar al alumno de espaldas a la luz natural, ésta debe dar de frente a la cara del hablante.
    • La barba o bigote abundante dificulta que la persona con sordera observe bien los movimientos de la boca y las expresiones.
    • Procurar no dar información básica mientras se camina por el aula o se escribe en el pizarrón, para evitar que alguna indicación se pierda.
    • No colocar objetos delante de los labios o junto a la cara (lápices, plumas, papeles o las propias manos).
    • Distribuir durante la clase las sesiones de explicación, ya que la lectura labio-facial es una actividad muy cansada, que requiere de mucha atención y concentración.
  • Hablar utilizando frases sencillas, pero completas y gramaticalmente correctas. No utilizar un estilo telegráfico.
  • Situar al alumno junto a un compañero oyente, con el que se sienta cómodo y que tenga empatía hacia él.
  • Permitir al alumno con sordera cambiarse de lugar cuando sea necesario.
  • En los debates y asambleas, el compañero oyente puede ayudar al profesor a guiar al niño o niña con sordera a comprender lo que se hará o está ocurriendo en cada momento.
  • Realizar las explicaciones siempre de frente al grupo, utilizando todos los recursos expresivos y gestuales al alcance.
  • Promover la participación de la persona con sordera.
    • Estar atento y abierto a escuchar siempre al niño o niña con debilidad auditiva.
    • Conviene prestar más atención al contenido que a la forma cómo lo expresa.
    • Además, es importante reforzar las intervenciones orales del niño o niña con sordera ante sus compañeros(as), y valorar sus dificultades y esfuerzos para expresarse.
  • Utilizar textos que partan de contextos y experiencias que el niño(a) conozcan y que puedan resultarle motivadoras, como por ejemplo anécdotas que incluyan emociones o historias personales.
  • Alternar explicaciones con momentos de observación porque para una persona con sordera puede ser difícil atender a dos fuentes de información al mismo tiempo.
  • Diferenciar las ideas principales que se hayan abordado previamente en la clase.
  • Utilizar sinónimos para aclarar términos difíciles o poco habituales para los niños y niñas.
  • Subrayar el vocabulario que se considere básico y resaltar palabras clave.
  • Acompañar los conceptos nuevos, que no sean muy familiares o que sean abstractos, escribiendo entre paréntesis un sinónimo o explicaciones breves.
  • Incluir explicaciones aclaratorias en los puntos o frases consideradas importantes o de un significado figurado o no muy explícito.
  • Equilibrar las explicaciones usando texto e imágenes.
  • Al escribir en el pizarrón conviene dividir las frases demasiado largas en varias más simples para facilitar una comprensión más ágil.
  • Después de hacer una lectura, escribir resúmenes a modo de síntesis.
  • Presentar elementos simbólicos que ayuden al niño o niña con sordera a comunicarse con su medio y que le permitan ir entendiéndolo: ofrecerle un sistema alternativo que le sirva como elemento de representación mental.
  • Usar material didáctico de apoyo:
    • Elaborar fichas de trabajo que cubran pasos intermedios en el aprendizaje.
    • Hacer fichas de trabajo o buscar materiales que complementen un tema dado.
    • Confeccionar o seleccionar materiales en los que las imágenes (fotos, dibujos, esquemas, etc.) sean abundantes y ayuden a la comprensión del texto.
  • Situar al niño o niña con sordera en el lugar donde mejor pueda percibir a través de lectura labial y del acceso visual a la información (cerca del profesor o con una visión general de la clase).
  • Minimizar el ruido del salón. Cualquier sonido puede dificultar la audición del alumno y que en consecuencia, no comprenda lo que se le dijo.
    • Sienta al alumno lejos de zonas ruidosas o de objetos en el salón que hagan ruido, como un sacapuntas.
    • Espera a que el grupo este en silencio para dar la clase.
  • Enriquecer las técnicas de enseñanza, esto permitirá al alumno comprender la indicación y disminuirá la necesidad de repetirla:
    • Conviene asegurarse de que el alumno esté mirando y escuchando al docente cuando le habla.
    • Asegurarse de que el alumno comprende: pedirle que repita la información o que responda preguntas del tema.

    • Parafrasear en lugar de repetir preguntas e instrucciones.
    • Escribir en el pizarrón la palabra clave.
    • Repetir o parafrasear lo que otros alumnos hayan dicho durante una participación grupal.
  • Introducir constantemente nuevo vocabulario. Será muy conveniente que papás y mamás ayuden en casa a reforzar la adquisición de nuevo vocabulario.
  • Solicitar a un compañero que escuche bien que avise al alumno con sordera cuando tiene que poner especial atención.
  • Después de terminar la clase, formular preguntas que permitan llegar a una conclusión y que refuerce el aprendizaje a través de…
    • Hacer conexiones con lo que sabían al principio.
    • Comparar situaciones.
    • Dar ejemplos o aplicaciones en la vida diaria.
    • Recordar el proceso que se siguió y la relación con los resultados.
    • Etcétera.

Estrategias para competencias específicas:

  • Para estimular la expresión correcta del lenguaje y el uso de vocabulario que tiene el niño o niña, conviene constantemente preguntar, escucharle cuando habla, respetar los turnos de palabra de todos los estudiantes, pedir aclaraciones, pedir que narren experiencias cotidianas, etc.
  • Para estimular el razonamiento verbal conviene plantear hipótesis, identificar grupalmente posibles causas o consecuencias, definir conceptos y establecer categorías.
  • Para fortalecer la comprensión lectora, hay que hacer uso de estrategias como averiguar significados de palabras por el contexto, entender la sucesión temporal de los hechos, deducir causas y consecuencias de lo que se narra, hacer una comprensión crítica del texto.
  • Para estimular la socialización, conviene proponer tareas de trabajo colectivo en las que se favorezca la interacción y la participación de todos.
  • Para las actividades de ciencia: estimular la formulación personal de hipótesis, por medio de preguntas acerca de lo que puede llegar a ocurrir.

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