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Enfoque de Inclusión Social

A

ntes la educación especial operaba bajo los parámetros del modelo médico: los alumnos eran considerados pacientes, entonces ocurrían cosas como las siguientes:

  • Las madres y los padres de niños y niñas con alguna discapacidad tenían que llevar a sus hijos con los especialistas, para que se les realizara un diagnóstico, y con base en ellos se prescribían tratamientos.
  • Las niñas y los niños cursaban sus estudios en escuelas de educación especial, separados del resto de niños y niñas, y los programas eran distintos a las escuelas regulares (generalmente con menos contenidos).
  • Estudiaban con niños y niñas con su misma discapacidad y con especialistas, por ello difícilmente se integraban a una escuela regular.

La educación inclusiva en México inicio de manera sistemática con los cambios en la Ley General de Educación, particularmente en el artículo 41. Este nuevo enfoque obligo a cambios sustantivos en la educación especial y también los exigió en la educación regular. Para la educación especial  implicó abandonar el modelo médico, para adoptar un modelo más educativo: asumió que tendría que dejar de ser una educación paralela a la regular, y los especialistas se convirtieron en colaboradores de los maestros y maestras regulares, para brindar la mejor educación posible, no solamente a los alumnos con discapacidad, sino a todos los niños y las niñas independientemente de sus características personales, del uso de lenguas distintas, de condiciones socioeconómicas, de talentos excepcionales, de condiciones de salud, de su origen étnico y de todas las características que hacen diferentes a niños, niñas y jóvenes estudiantes.

Aunque no ha sido fácil, la educación inclusiva ha ido ganado terreno en el sistema educativo mexicano. Algunos maestros se han dado cuenta que cuando realmente se desarrollan prácticas inclusivas todos los alumnos y alumnas reciben una educación de mayor calidad.

La inclusión como una mirada de la situación educativa

El enfoque inclusivo se basa en la valoración de la diversidad como elemento enriquecedor del proceso de enseñanza-aprendizaje, y en consecuencia, del desarrollo humano. Reconoce que lo que nos caracteriza a los seres humanos es precisamente el hecho de que somos distintos los unos(as) a los otros(as) y que por lo tanto, las diferencias no constituyen excepciones. Desde esta lógica, la escuela no debe obviarlas y actuar como si todos los niños aprendieran de la misma forma, bajo las mismas condiciones y a la misma velocidad, sino por el contrario, debe desarrollar nuevas formas de enseñanza que tengan en cuenta y respondan a esa diversidad de características y necesidades que representan los y las estudiantes, llevando a la práctica los principios en una educación para todos(as) y con todos(as).

Lo anterior vuelve inevitable también cambiar las formas de enseñanza, de evaluación y de organización.

La educación inclusiva es entendida como un trabajo colaborativo de toda la comunidad educativa, que se integra por:

  • La comunidad, principalmente las familias de los alumnos(as).
  • Los directivos y los docentes.
  • Los alumnos(as).

Ningún miembro de la comunidad educativa es un mero espectador del proceso de aprendizaje, son miembros que para un mejor resultado, requieren estar comprometidos y participando en todo el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje de niños y niñas.

Otro cambio que implica el enfoque de inclusión educativa es entender que el acento no está en el niño o niña (con sus limitaciones derivadas de la discapacidad), sino en lo que los responsables de su desarrollo y aprendizaje (directivos, docentes, padres y madres) necesitan aportarle para que aprenda más y mejor.

La diversidad que obliga a pensar en la inclusión

El concepto de diversidad nos remite al hecho de que todos los alumnos y alumnas tienen unas necesidades educativas comunes, compartidas por la mayoría, pero también tienen necesidades propias, individuales porque ningún estudiante se enfrentan a los aprendizajes escolares con el mismo bagaje de experiencias y conocimientos previos, ni aprenden de la misma forma; así, dentro de estas características y necesidades individuales, algunas pueden ser especiales.

Se derivan de las diferentes capacidades, intereses, niveles de desarrollo, ritmos y estilos de aprender que se juegan en el proceso de aprendizaje, haciendo que sean únicos e irrepetibles en cada persona.

Los aprendizajes esenciales para su desarrollo personal y socialización, que están expresados en el currículo regular.

Esta individualidad puede ser atendida adecuadamente a través de lo que podríamos llamar “buenas prácticas pedagógicas”.

Las Necesidades Educativas Especiales (NEE)


Se refieren a aquellas necesidades educativas individuales que no pueden ser resueltas a través de los medios y los recursos metodológicos que habitualmente utiliza el docente para responder a las diferencias individuales de sus alumnos(as).
Los alumnos(as) que presentan dificultades mayores que el resto de los estudiantes para acceder a los aprendizajes que les corresponden por edad, o que presentan desfases con relación al currículo por diversas causas, pueden requerir de:

  • Distintos medios de acceso al currículo (contenidos escolares).
  • Adaptaciones curriculares.
  • Adecuaciones en el contexto educativo y/o en la organización del aula.
  • Servicios de apoyo especial.

Desde esta visión el concepto de NEE se amplía bajo el entendido de que cualquier niño o niña puede, ya sea en forma temporal o permanente, experimentar dificultades en su aprendizaje, y que independientemente del origen de las mismas, el sistema educativo debe proveerle ayuda y recursos de apoyo especiales para facilitar su proceso educativo.

Las NEE dependen tanto de las condiciones del propio alumno o alumna, como de las características del contexto educativo en el cual se manifiestan.

La inclusión no sólo debe estar en la escuela

Inclusión es mucho más que integrar: una persona puede estar integrada a un grupo, pero no ser considerara las personas como parte del conjunto. La inclusión requiere asumir a las demás personas como equivalentes, con diferencias, pero con el mismo valor y posibilidad de aporte.

En la realidad de los alumnos con necesidades especiales, partimos del supuesto de que todo sujeto aspira a la mayor autonomía posible. Esta meta se va logrando como un proceso relacionado con la resolución de conflictos cognitivos y socio-cognitivos, que a su vez implican la toma de conciencia de errores significativos, para ser superados. Uno de los principios de la Educación Especial es considerar la personalidad en su conjunto (percepción, cognición, emoción, motivación, socialización…), no centrarse solamente en la discapacidad, potenciar al máximo el desarrollo de la autonomía y el auto-concepto de los discentes.

Además de priorizar los aprendizajes prácticos y funcionales, promover la participación lo más plena posible en los entornos habituales de los discentes: casa, escuela, barrio, empresa, utilizar metodologías que permitan procesos de enseñanza y aprendizaje individualizados, aprovechando a la vez las circunstancias que permitan el trabajo conjunto.

 

Inclusión de niños y niñas con ceguera

El niño con dificultades visuales necesita una guía para el aprendizaje, una estimulación integral y significativa. Si se realiza un abordaje oportuno, suficiente y adecuado se puede compensar ampliamente sobre los efectos del déficit visual. Dado que la carencia de posibilidades perceptuales visuales reduce la realización de actividades motoras e influyen negativamente en la predisposición a la actividad, dificultan los contactos interpersonales. Por otro lado varía también la capacidad de pensar y la capacidad para afirmarse en un grupo. En el caso de los niños con baja visión la computadora cobra un valor adicional, ya que se transforma en un estimulante medio para escribir. La producción del niño aparece en la pantalla y luego impresa, grande, prolija, fácilmente visible y ante todo, comunicable.

 

Inclusión de niños y niñas con sordera

Los niños(as) con discapacidad auditiva carecen de la posibilidad de oír la lengua hablada, éstos tienen una modalidad diferente de recibir y transmitir su lengua (la lengua de señas) que es viso-gestual, en lugar de auditivo-oral. Muchas veces la lengua de señas no es reconocida como lengua válida, y por ello no es utilizada para la enseñanza dentro del aula, lo cual acarrea que los niños(as) con sordera no reciben el mismo tipo de información y las mismas experiencias que los niños oyentes ni en su familia, ni en la escuela.

Para las personas sordas, la lectura y la escritura abren las puertas a toda la información y experiencias que no pueden recibir de otra forma, y es en muchos casos el único medio de mantener contacto con eventos y acontecimientos de la vida diaria.

 

 

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