Mitos y Realidades
Sobre la
Discapacidad
Visual
E
l ámbito de la ceguera está lleno de mitos y medias verdades, confusiones y desconocimientos, por ejemplo…
- Mito: Las personas con discapacidad visual no pueden ver nada.
- Realidad: Hay diferentes grados de discapacidad visual, hay personas que tienen baja visión, otras que tienen ceguera total; hay gente que puede ver sólo “bultos”, o sólo luz, otras sólo oscuridad. Para conocer más sobre los diferentes tipos y grados de discapacidad visual pueden ir a la sección.
- Mito: Todos los niños o niñas con debilidad visual para moverse necesitan un bastón, un perro guía o una persona que les conduzca constantemente.
- Realidad: Las ayudas que una persona requiere se relacionan con el tipo de deficiencia visual que tiene y con el entrenamiento en desplazamiento y movilización que haya recibido.
- Mito: La persona con problemas visuales será más lenta que las demás en cualquier tarea que realice.
- Realidad: Si bien no es posible que una persona con ceguera se mueva a la velocidad que permite poder mirar, puede desarrollar varias labores al igual que una persona que no tiene problemas visuales, ayudándose a identificar distancias, velocidades y objetos a través de lo que escucha o huele, por ejemplo.
- Mito: Todos los niños y niñas con discapacidad visual necesitan aprender a leer y escribir en Sistema Braille.
- Realidad: Si requieren aprender o no, dependerá del grado y el tipo de discapacidad visual que tengan. El Braille es un sistema alternativo de escritura y lectura, para uso de las personas que tienen discapacidad visual severa, es decir: que no pueden percibir los detalles y formas de los objetos.
- Mito: Los niños con discapacidad visual tienen facultades sensoriales excepcionales, o incluso, habilidades extrasensoriales.

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Realidad: Si bien es cierto que en niños y niñas con discapacidad visual se agudizan y aprovechan más otros sentidos como el tacto, el oído y el olfato, éstos se desarrollan de manera especial gracias al arduo entrenamiento, la atención activa y la estimulación constante que reciben todos los días de su vida, pues a través de éstos sentidos captan la información que le permite a desenvolverse mejor en sus actividades cotidianas tanto en su casa, como en la escuela, en la calle, o en un trabajo. No hay nada fundamentalmente distinto en las manos, la piel, el oído, la nariz, los nervios o el cerebro de las personas con ceguera respecto a las que ven bien, pero por el intenso entrenamiento diario pueden llegar a percibir fenómenos o situaciones que pasan fácilmente desapercibidos a quienes usan más la vista como medio para conocer lo que ocurre a su alrededor.
- Mito: Si los ojos de una persona alcanzan a distinguir bultos o manchas, podría tener ceguera total si se utilizan mucho los ojos.
- Realidad: Usar los ojos no avanzará más el grado de ceguera. La capacidad de ver manchas o bultos (llamada “resto visual”) se debe estimular permanentemente para que niños o niñas con debilidad visual aprendan a utilizarla de forma adecuada, aprovechándola al máximo las actividades de la vida diaria.
- Mito: Las personas con discapacidad visual requieren acompañamiento y asistencia constante porque no pueden ni deben desenvolverse solos.
- Realidad: Las personas con ceguera pueden realizar casi todas sus actividades de manera autónoma si aprenden estrategias para hacerlo, por ello mientras más libertad demos a la persona con discapacidad visual para desenvolverse sola, explorar y experimentar todo tipo de experiencias y situaciones, más autónoma logrará ser en el futuro, y podrá llevar una vida como la de cualquier persona que ve bien: puede ir a la escuela, estudiar una carrera, tener pareja, vivir sola, viajar, trabajar y muchas otras cosas más.
- Mito: Contratar a una persona con ceguera como trabajadora de una empresa costará más que si en ese mismo puesto lo ocupa una persona sin problemas visuales.
- Realidad 1: Hay tareas que no requieren usar la vista, y que inclusive una persona ciega puede desempeñar mejor por su aguda percepción del tacto, el olfato, el oído…
- Realidad 2: No se requieren grandes modificaciones para adaptar puestos de trabajo para una persona con deficiencias visuales: sólo se requiere de algunas adecuaciones de acceso, pero la capacidad intelectual es igual a la de cualquier otra persona. Hoy en día las personas con ceguera ofrecen un amplio conocimiento y motivación al mercado laboral que puede enriquecer la oferta de servicios de instituciones y empresas.
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